11 de febrero de 2009

Felipe Calderón Hinojosa en el Día de la Fuerza Aérea Mexicana

Tecámac 10 de Febrero de 2009.



General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional.

Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, Secretario de Marina.

General Leonardo González García, Comandante de la Fuerza Aérea Mexicana.

Licenciado Enrique Peña Nieto, Gobernador del Estado de México.



Saludo con afecto a los señores Generales, Jefes, Oficiales, Cadetes y Tropa, aquí presentes, en especial a los jóvenes y a las mujeres que renuevan y fortalecen las Fuerzas Armadas de México. Servir a la Nación desde las filas de la aviación militar es uno de los más altos honores al que puede aspirar un mexicano. Pertenecer a este instituto armado es luchar por las mejores causas y los más altos ideales de la sociedad. Por eso es para mí motivo de orgullo y satisfacción participar en la celebración del Día de la Fuerza Aérea Mexicana. Desde estas instalaciones envío mi más sincera felicitación a los soldados que se encuentran en las bases aéreas de toda la República Mexicana, preservando la soberanía exterior y la seguridad interior del territorio nacional. Felicito también a los pilotos y paracaidistas de la Fuerza Aérea, que hoy han hecho gala de su destreza y precisión en tan significativa fecha. Reciban todos ustedes mi reconocimiento por cumplir con lealtad, con valentía, con rectitud, las delicadas misiones que la Patria les ha encomendado. Con espíritu de cuerpo ustedes no sólo protegen la integridad en territorio nacional, sino también salvaguardan los valores supremos de la Nación: la libertad, la justicia, la paz, la democracia, la unidad. Se han ganado a pulso la admiración, el respeto y el cariño de nuestro pueblo por su auxilio solidario a la población civil. En cada emergencia, ante cada desastre, nuestra Fuerza Aérea ha mostrado su profesionalismo, su disciplina y su profundo compromiso social. Sin la Fuerza Aérea no hubiese sido posible que nuestro país enfrentara, y hay que decirlo, enfrentara exitosamente las adversidades provenientes de la naturaleza. La vocación de servicio a México de nuestros soldados del aire, también se expresa en su apoyo a la lucha contra el crimen organizado y una de sus formas más violentas, inhumanas y peligrosas, que es el narcotráfico. Al lado de los miembros del Ejército y de la Armada, ustedes han estado en la primera línea de combate para cerrar el paso a las bandas de delincuentes que amenazan al país, para responder a quienes desafían al Estado con sus actividades delictivas y acciones violentas y garantizan, así, la seguridad interna de la Nación. Los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas han puesto en esta tarea arrojo, empeño y capacidad. Sin flaquezas ni titubeos, han golpeado sin distingos a las organizaciones criminales más peligrosas de la Nación. Sin vacilaciones han contribuido a los mayores decomisos de armas, de dinero ilícito o de droga de nuestra historia, y lo han hecho incluso a costa de la propia vida. Desde el inicio sabíamos que esta lucha por defender a la Nación y garantizarle a las futuras generaciones de mexicanos un México en paz, en tranquilidad y en orden tendría costos y costos elevados. Hemos sufrido, por desgracia, la pérdida de verdaderos héroes que tuvieron siempre presente el sagrado deber de servir a la Nación. Hoy rindo desde aquí mi más sentido homenaje a quienes han caído en el cumplimiento de su deber, especialmente quiero recordar, entre ellos, al General de Brigada, Mauro Enrique Tello Quiñones, quien murió hace una semana en Cancún, Quintana Roo, y por quien pido que guardemos un minuto de silencio.

Gracias.



Los soldados de México saben que en defensa de la Patria vale la pena arriesgar la vida misma, ustedes han puesto la vida al servicio de México en el cumplimiento de su deber, y no les arredra el riesgo de resultar heridos en los enfrentamientos con los enemigos de la Nación o de afrontar condiciones de elevada peligrosidad en su esfuerzo por salvar a sus compañeros, por capturar al enemigo, por incautar armas o instrumentos de su actividad delictiva. Y por eso, para galardonar a militares que se destacan por estas acciones se han creado las Condecoraciones de Primer Grado. Y para mí ha sido un honor entregar este reconocimiento a bravos mexicanos, a distinguidos militares de distintas armas y, en especial el día de hoy, a quienes hemos galardonado. Ha sido un honor entregar este reconocimiento al Cabo de Caballería, Rubén Vázquez de León, por su heroica actuación en el operativo que permitió asegurar uno de los mayores arsenales de armas de alto poder decomisados en la historia a una organización criminal. Muchos de ustedes también sobresalen por su conducta honesta, leal y patriota al rechazar sobornos de las organizaciones criminales, al colaborar en el aseguramiento de enervantes o armamento, al participar en labores de localización y erradicación de plantíos de enervantes, al fortalecer a las autoridades civiles para que impere la ley y sea el imperio de nuestra soberanía el único que rija las vidas de los mexicanos. Y ha sido muy satisfactorio también entregar la Insignia de Segunda Clase al Sargento Segundo de Infantería Juvencio Juárez Barragán, por su acción valerosa en el enfrentamiento entre personal militar y un comando armado que protegía una casa de seguridad y salvó así en mucho la vida propia y la de sus compañeros. Otros de ustedes se distinguen por realizar tareas operativas, de estrategia e inteligencia, dirigidas a reducir los espacios donde se mueven los criminales. Y por eso ha sido muy grato también entregar la Condecoración de Tercera Clase al Teniente de la Fuerza Aérea Víctor Manuel Hernández Sahagún, por su eficaz labor que permitió localizar y destruir varias toneladas de droga almacenadas en una bodega. Y así como hoy entregamos estas distinciones, ayer tuve el orgullo de condecorar a otros valerosos integrantes del Ejército Nacional por su entrega, arrojo y buenos resultados en la lucha contra el crimen y la preservación de la seguridad interior. Estos merecidos reconocimientos son para nuestros militares más destacados y, al mismo tiempo, para sus familias, para sus esposas, sus hijos y sus padres, que en el orgullo de ser, precisamente, eso; esposa, hijos o padres cifran una verdadera honra en la vida. Ellos también, lo sé, realizan importantes sacrificios para que ustedes puedan cumplir con su deber. También hemos entregado menciones honoríficas a seis unidades de la Fuerza Aérea Mexicana que han sobresalido en la campaña permanente contra el tráfico de drogas. En nombre de sus compañeros, recibieron esta distinción los comandantes de los escuadrones aéreos de Oaxaca y Zapopan, de las escuadrillas de vigilancia de la Ciudad de Ixtepec, Hermosillo y Mérida, y del escuadrón de esta Base Aérea de Santa Lucía. Estas unidades aéreas han participado activamente en el cumplimiento de las misiones encomendadas, en la captura o traslado de peligrosos narcotraficantes, en el decomiso de cuantiosos cargamentos de droga y arsenal de armamento, en el aseguramiento de aeronaves, embarcaciones y vehículos y en la destrucción de plantíos. Son muchas, muchas las lecciones de heroísmo, lealtad y sacrificio que nos han dado nuestros soldados y marinos y que debemos rescatar. Quienes hoy han recibido alguna distinción han cumplido con su deber, que en eso se cifra la tarea cotidiana de cada militar y en eso se construye un heroísmo personal que la Patria agradece. Hoy, quienes han recibido esta distinción son y deben ser un ejemplo a seguir por todos los mexicanos. Todos y cada uno de ustedes, cuando cumplen con su deber, fortalecen y enriquecen con su actuación el espíritu patrio. Esta clase de acciones, esta entrega sin reserva al servicio de la Nación es la mejor forma de fortalecer al Estado mexicano, es la mejor manera de contribuir al engrandecimiento de México. La importante labor que realizan nuestros soldados del aire es apreciada y valorada por todos los mexicanos. Y por eso, desde el inicio de este Gobierno, asumimos como un reto el mejorar las condiciones de vida de ustedes y sus familias, y sé que este compromiso debe manifestarse en un esfuerzo permanente por asignarles un salario decoroso, por mejorar prestaciones, posibilidades de acceso a vivienda u opciones de desarrollo profesional. En lo que va de esta Administración, los miembros del Ejército y la Fuerza Aérea, particularmente el personal de tropa y oficiales, han recibido un aumento constante en sus percepciones. Hemos hecho un esfuerzo por mejorar, así sea de manera paulatina los ingresos del personal retirado. Este año, se autorizó además del cinco por ciento en los haberes del personal militar tradicional, se instruyó nuevamente un aumento adicional de mil pesos como compensación técnica en el servicio para el personal de tropa. Ustedes prestan un elevado servicio a la Nación y la Nación debe reconocerlo y retribuirlo. Asimismo, hemos multiplicado los beneficios para los deudos de soldados caídos en el cumplimiento del deber no sólo en el incremento al monto del seguro de vida familiar, sino en la entrega de créditos para vivienda en condiciones preferenciales y becas para que sus hijos continúen sus estudios. De manera adicional, buscamos avanzar para garantizar un trato laboral equitativo entre mujeres y hombres. Por ejemplo, las asignaciones de jerarquías y cargos se realizan sin distingos de género; las mujeres reciben, además de nuevas posibilidades de estudio, atención médica especializada y servicios de guardería. Además, tan sólo en el último año aumentó en más de 20 por ciento la presencia de personal femenino en el Ejército y la Fuerza Aérea, y en este 2009, por primera vez en la historia, una mujer, la Cadete Andrea Alejandra Cruz Hernández, piloteó un avión de la Fuerza Mexicana, de la Fuerza Aérea. Este año, la Secretaría de la Defensa Nacional ejercerá un presupuesto sin precedentes de más de 43 mil 600 millones de pesos, 25 por ciento superior en relación tan solo al del año pasado. Con ello, no sólo seguiremos impulsando las condiciones de bienestar de los soldados de México y sus familias, sino que además buscaremos mejorar la capacidad de respuesta técnica y operativa para responder a los retos que enfrenta nuestra gran Nación. Mujeres y hombres de la Fuerza Aérea Mexicana: El General Vicente Riva Palacio decía con razón, que toda sociedad guarda en su seno un germen incorruptible de moralidad y un núcleo de hombres que ni la seducción ni el miedo alcanzan a corromper. Así concibo yo a los soldados de México. México ve en los integrantes de nuestras instituciones armadas una reserva de esos valores que son la garantía verdadera de la Nación. Ayer, durante la Marcha de la Lealtad, el General Guillermo Galván Galván afirmó que la Patria tiene en sus militares mentes y corazones donde la lealtad es divisa y la disciplina conducta. Y agregó que nuestro ánimo está revitalizado y nuestra moral permanece inquebrantable. Nada nos intimida ni nada nos detendrá, y así es, ese es el aliento vital que mueve a los integrantes de nuestros institutos militares. Hace 94 años, la rama aérea del Ejército Nacional fue designada Arma de Aviación Militar. Y hace 65 años, fue elevada al rango de Fuerza Armada. A lo largo de estas décadas, el Instituto al que pertenecen ha sabido prepararse, renovarse y ponerse al día para estar a la altura de los desafíos de cada etapa de la vida nacional. La Fuerza Aérea Mexicana es orgullo de todos porque es ejemplo de nobleza y deber moral, de lealtad y compromiso social. Como Presidente de la República, me siento muy honrado de comandar una institución surgida del pueblo, identificada plenamente con valores que unen a los mexicanos y consagrada a la defensa de los intereses superiores de la Nación. De cara a los retos que tenemos por delante, los instruyo a mantener en alto el honor, el prestigio y la grandeza de la aviación militar, a escribir nuevas páginas de gloria en la protección de los mexicanos y en la defensa de la Nación. Mujeres y hombres de la Fuerza Aérea Mexicana: Recordemos todos, tengamos siempre presente que es un honor, un gran honor servir a México. Muchas felicidades en este nuevo día y que sigan los días de gloria para las Fuerzas Armadas mexicanas.

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